Acelerar la participación laboral femenina es crucial para la impulsar economía de América Latina y el Caribe

9 de Septiembre de 2019

Actualmente, seis de cada diez mujeres latinoamericanas participan en el mercado de trabajo y el 41% de las trabajadoras tienen empleos con cobertura de seguridad social. Foto: PNUD Colombia

Nueva York, E.E.U.U 05 septiembre 2019. Con el fin de transmitir una mirada amplia e integral sobre la participación laboral de las mujeres en América Latina y el Caribe, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) lanzaron el día de hoy tres cuadernos de investigación sobre la temática durante el conversatorio titulado “La participación laboral de las mujeres, un desafío pendiente.”

El evento, moderado por Marcela Melendez, Economista Jefe del PNUD para América Latina y el Caribe, contó con la participación de Luis Felipe López Calva, Director Regional del PNUD para América Latina y el Caribe como expositor destacado; y con Claudia Piras, Economista Líder en Desarrollo Social del Banco Interamericano de Desarrollo y Hugo Ñopo, Economista Jefe de OIT para América Latina y el Caribe como panelistas.

A pesar de que se han observado avances muy importantes en la situación laboral de las mujeres latinoamericanas en los últimos años, las dificultades persistentes, han frenado el ritmo del progreso estos últimos años. Durante el periodo 2000-2015, aunque siguió creciendo la participación laboral femenina, desaceleró su crecimiento de forma significativa.

Actualmente, seis de cada diez mujeres latinoamericanas participan en el mercado de trabajo y el 41% de las trabajadoras tienen empleos con cobertura de seguridad social. Sin embargo, según el análisis del PNUD, este progreso de los últimos 15 años no se ha distribuido por igual y las brechas existentes entre distintos segmentos de mujeres están, también, muy lejos de cerrarse. Por ejemplo, la tasa de participación de las mujeres del tercil de mayores ingresos supera en un 27% a las de menores ingresos. Los hallazgos del PNUD asimismo resaltan que los porcentajes de informalidad de empleo se ha mantenido entre las mujeres más pobres, que trabajan fundamentalmente en empleos relacionados con el cuentapropismo y el servicio doméstico.

“Más del 80% de las trabajadoras se encuentran empleadas en sectores de baja productividad – agricultura, comercio, y servicio -, esta proporción no ha cambiado en los últimos 15 años. Debemos avanzar rápidamente hacia respuestas más contundentes que promuevan la productividad e inclusión de las mujeres en el mercado laboral como un factor catalítico para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030 en su conjunto”, afirmó Luis Felipe López Calva, Director Regional del PNUD en América Latina

La OIT por su parte, destacó en su investigación la permanencia actual de “puestos masculinos” y “puestos femeninos” como una realidad incontestable en América Latina. Los puestos masculinos siendo los empleos que implican mejores salarios, condiciones laborales y mayor protección laboral. A pesar de los crecientes niveles educativos alcanzados por las mujeres, más del 80% de las trabajadoras se encuentran empleadas en sectores de baja productividad (agricultura, comercio y servicios) y esta proporción no ha cambiado en los últimos 15 años.

“Un futuro del trabajo con iguales oportunidades para hombres y mujeres es posible, pero se necesita una agenda de transformación. Esta debe incluir gobiernos, empresas, trabajadores y hogares, con políticas deliberadas y coherentes, basadas en evidencias. Los estudios elaborados por la OIT, el BID y PNUD son una contribución en tal sentido”, dijo el Director Regional a.i. de la OIT para América latina y el Caribe, Juan Hunt.

La brecha de género en la participación laboral tiene un costo significativo en términos de crecimiento económico pero políticas que abordan estas brechas pueden jugar un rol importante en su achicamiento. Según el BID, la aplicación de políticas de cuidado infantil se traduciría en un incremento del PIB per cápita de entre un 4% y un 6%. Por otro lado, aplicar políticas que incrementen en un 10% la productividad promedio femenina produciría un impacto considerable en el PIB per cápita que varía entre 15% y 25%.

“Las publicaciones que hoy lanzamos en colaboración con OIT y PNUD dan cuenta de un progreso sustancial en cuanto a la participación laboral de las mujeres en América Latina. Sin embargo, el ritmo de este progreso se ha desacelerado significativamente a partir de 2010 y las mujeres siguen concentradas en ocupaciones de menor productividad y remuneración. El costo de esto es alto, tanto para las mujeres y para sus familias, como para las economías de la región. Es el momento de promover políticas públicas inteligentes para achicar estas brechas de participación, productividad e ingresos entre hombres y mujeres” afirmó el Jefe de la División de Género y Diversidad del BID, Andrew Morrison.

El ingreso masivo de las mujeres al mercado laboral en la región de América Latina y el Caribe fue caracterizado como “la transformación económica y social más importante de los últimos 50 años.” Los cuadernos de investigación de cada agencia exploran los factores que se encuentran detrás de este fenómeno; la realidad actual de las mujeres en el mercado laboral en América Latina y el Caribe, las razones detrás la brecha de participación laboral actual, sus impactos diferenciados en mujeres de distintos estratos económicos, los beneficios que obtendría la economía de América Latina y el Caribe al estimular la incorporación de las mujeres al mercado laboral y de qué manera podemos acelerar el cierre de la brecha de participación laboral.

La mirada de largo plazo que presenta cada estudio expone los avances importantes en la situación de las mujeres en el mercado laboral, tanto en cantidad como en calidad de su participación y nos presenta soluciones para las dificultades que aún deben sobrellevar las mujeres latinoamericanas en este ámbito. La Agenda 2030 es muy clara en este tema, sin mujeres no hay desarrollo, y los datos presentados en los cuadernos de investigación de las tres agencias demuestran que esto también aplica al desarrollo económico de nuestra región.